Revitalizar Mahón-Maó – Aljibes de Tormentas

Foto Polígono de Mahón-Maó Diario Menorca

Llueve, llueve sin parar, días, semanas, ha llegado el tiempo de las lluvias en Menorca, el campo se transforma en una estampa verde, húmeda, que nos recuerda a Irlanda, pero, que pasa ¿en la ciudad?, ¿en el polígono?, ¿en el puerto??

¿Dónde va el agua de lluvia?, esta pregunta tan inmediata, tan trivial, ¿de verdad nos la cuestionamos todas/os?

Hace no muchos años, en todas las edificaciones menorquinas, existía un Aljibe para almacenar el agua de lluvia, ese deposito enterrado o no, que recogía este agua desde la cubierta, después de un proceso de limpieza manual, había que desechar el agua de las primeras lluvias que arrastraban la suciedad acumulada durante el verano en el tejado, abriendo los sumideros y luego, una vez limpio, cerrarlos, dejando entrar al aljibe el agua de lluvia para su almacenamiento y reutilización.

Con la implantación del suministro de red pública de agua municipal y de las nuevas instalaciones y comodidades de la vida “moderna”, rápida, sin complicaciones, fácil, derrochadora, esto suponía una dedicación que ya no estábamos dispuestos a asumir, y como en otros casos desechando,

apartando, demoliendo, todo lo “antiguo”, tradicional, cegando aljibes, sin pensar más.

La realidad actual, el agotamiento de recursos naturales, el cambio climático, la superpoblación, nos obliga a replantearnos esta cuestión, prioritaria en cualquier desarrollo sostenible, ¿podemos tirar tanta agua?, ¿podemos desechar este bien natural?, no solo por su escasez, también por sus consecuencias, riadas descontroladas en las calles de la ciudad, en los polígonos industriales, el las vías principales…¿Por qué estas catástrofes actuales, inundaciones en sótanos, viviendas, almacenes..???, de verdad nos preguntamos ¿Por qué?, o solo nos quejamos, pedimos responsabilidades absurdas, como si alguien tuviera la culpa de las lluvias y tormentas,

soportando con amargura estas inconveniencias que a veces nos salen caras y nos impiden vivir cotidianamente con calidad en este siglo XXI, también somos responsables, no lo olvidemos, todos podemos hacer algo y debemos actuar.

Creo que con tantas prisas se nos olvidan las preguntas, los ¿por que?, plural, podríamos recordar nuestros tres años, o de adolescentes, jóvenes, cuando preguntábamos ¿Por qué esto? ¿Por qué aquello, ¿porque, porque, porque?.. , tan incomodo para los que tenían que contestar, y tan importante, tan imprescindible para conocer y aprender.

Bien, empezamos y analizamos los porqués, antes, además de recuperar el agua de lluvia en las viviendas, no existían estos grandes polígonos industriales, ni enormes explanadas de aparcamiento, ni tantas calles cimentadas y asfaltadas, había más espacios libres, más zonas verdes y por tanto más terreno permeable, el agua, encontraba un recorrido natural, se filtraba hasta los acuíferos y luego se podía recuperar desde los pozos, no se iba directamente al mar ni corría libremente arrasando viviendas, calles, ciudades.

El agua siempre buscara un camino de salida, si no es bajo la superficie, lo hará por encima, y la fuerza de este elemento natural no lo podemos ignorar, es mucho más potente que nosotros, es naturaleza, y con la naturaleza o nos aliamos o nos vence, buen ejercicio de humildad para el ser humano del siglo XXI, después de tantos años de prepotencia, nos debemos situar y aceptar nuestra finitud.

Si nuestras actuaciones urbanísticas han impermeabilizado el terreno, con hormigón y asfalto, si nuestra demanda de agua ha ido creciendo, llueve igual, según muchos expertos, pero somos más, y demandamos más, si el agua es imprescindible para nuestra subsistencia y para garantizar nuestra calidad de vida actual y nuestro futuro, ¿que tal si tomamos medidas?

Recuperar el agua de lluvia es algo imprescindible en cualquier ciudad que quiera aplicar criterios de sostenibilidad y de futuro, a las nuevas viviendas y edificios de viviendas se les debería exigir la recuperación y reutilización de esta agua para su consumo, en inodoros, lavadoras, lavaplatos, pero nos cuestionamos, ¿que pasa con nuestros aparcamientos, calles, polígonos industriales, con esas grandes extensiones urbanizadas, edificadas, donde no hay uso de electrodomésticos comunes, ni un uso cotidiano de aseos ni duchas?. Aquí se impone la necesidad de promover Aljibes de Tormentas, grandes almacenes de agua de lluvia, gestionados, construidos y promovidos por las diversas administraciones, Municipales, Insulares, Autonómicas, para recoger toda esta agua que cae sobre estos inmensos espacios públicos impermeables, para luego reutilizarla en la limpieza de calles, riego de arbolado, zonas verdes, hidrantes, fuentes ornamentales etc., en todas aquellas demandas de agua que no requieran potabilidad, ¿sabemos cuanta agua se podría ahorrar? ¿Cuanta agua dejaría de correr libremente por nuestras poblaciones, arrasando todo lo que se encuentra por delante?

Esta iniciativa ya se ha puesto en marcha en muchas ciudades y municipios de España, así como en muchísimos países de Europa, seria una medida muy importante a incorporar en nuestro proyecto de revitalización de Mahón-Maó como ciudad sostenible.

Se podía ir mirando, la necesidad de crear más zonas verdes, arbolado, así como la reutilización de aguas grises, bueno, más adelante, paso a paso.

No podemos ser más fuertes que la naturaleza, pero con humildad, inteligencia, imaginación y creatividad podemos actuar, disfrutar y nutrirnos con ella. www.revitalizarmahon.blogspot.com

Roser Román – Arquitecta

Socia de ASA www.sostenibilidadyarquitectura.com Vocal de GBCe www.gbce.es