Después de haber asistido, y haber tenido la suerte de poder participar en la organización del congreso Internacional sobre ciudades sostenibles SB10 mad, celebrado en Madrid los días 28, 29 y 30 de abril de este año, con el tema «Ciudad sostenible; revitalización y rehabilitación de barrios», vuelvo a Mahón, magnífica ciudad en la cual vivo y trabajo desde hace más de 25 años, y que, tristemente, he ido viendo abandonarse, o dejarse de querer, no sé si por un sentimiento de impotencia de los ciudadanos, al ver como se escapaba el encanto y belleza de su entorno, o por no saber como reaccionar, ante intervenciones absurdas, sin criterio ni visión global, que iban minando su calidad de vida, deteriorando sus espacios públicos, el puerto, los edificios, la iluminación, la vida ciudadana, el comercio, la industria, y su imagen de ciudad hermosa y galante, abocando a la población a una inercia de desencanto e indignación solitaria.

Esta ciudad reúne las condiciones óptimas para su revitalización y rehabilitación, con una baja población, gran nivel cultural, entorno inmejorable, construcciones únicas, climatología etc.

¿A quien corresponde proyectar, gestionar y planificar como queremos que sea Mahón, o Maó,  en el 2020, en el 2050?, ¿que pasará si esta dejadez y falta de gestión continua a ritmo desbocado, como ahora? ¿Hacia donde vamos?

Parece un plazo muy lejano, pero el trabajo de revitalización de una Ciudad renovada, con identidad única, innovadora, emblemática, sostenible, adaptada a las condiciones propias de la población, de su economía, de sus intereses, requiere un tiempo de reflexión, de estudio, de planificación real con una idea global, para luego ir acometiendo las diferentes actuaciones priorizadas.

La participación e implicación ciudadana es imprescindible, así como la unión de todos los sectores tanto sociales, económicos y políticos, donde se estudien y valoren los recursos, la calidad de vida, las necesidades y el crecimiento, siendo la única vía para recuperar nuestra ciudad, y proyectar un futuro mejor a corto y largo plazo, sin hipotecar las necesidades de las próximas generaciones.

La itinerancia política no puede modificar el modelo de ciudad, debería ser algo incuestionable, indiscutible, ya que los plazos entre elecciones no corresponden con los que se necesitan para la remodelación y planificación, estos son plazos más largos, deberíamos exigir acuerdos e implicación de todos los ciudadanos y políticos, para lograr una buena gestión y actuaciones reales, no parches rápidos que son, aun si cabe, más destructivos, y encima, suponen unas inversiones absurdas y sin criterio, levanto una calle, cambio unas farolas, no sé muy bien si nos las regalan por puntos en el super algo tan horroroso (¿Quién ha decidido cambiar las farolas Fernandinas, emblemáticas, de la calle San Fernando?).
¿Queremos realmente que Mahón sea conocida como una ciudad pionera, ejemplo de sostenibilidad en Europa por su rehabilitación y revitalización, urbanística, social y económica? O dejamos que esto siga su curso, permitiendo un deterioro abocado al caos y a la pérdida de identidad y calidad de vida, entonces,  ya no vale quejarse por las calles, en las pequeñas conversaciones privadas, la responsabilidad es de todos y la implicación debe ser actuar.

Creo que merece la pena, y que se sientan orgullosos nuestros antepasados mahones, que nos dejaron esta ciudad que tanto amaron.

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Vocal de GBCe (Green Building Council España, www.gbce.es )
Socia ASA (Asociación de Sostenibilidad y Arquitectura, www.sostenibilidadyarquitectura.com )